Primera prueba superada, jeje. 

Ahora que estás aquí siéntate cómodamente y sigue leyendo: tenemos dos cosas más para ti. 

 

 

La primera una historia, y si lees hasta el final…

…Un ritual navideño para ti. 

 

 

Empezamos. 

 

Érase una vez…

En una casa más o menos humilde de un país cualquiera vivía una familia compuesta por el matrimonio y sus dos hijos.  Juan, el hijo mayor de 24 años, casi abogado y Priscila, la pequeña de apenas 4 añitos.

Al acercarse la Navidad el padre había comprado un rollo de cinco metros de papel metalizado para poder envolver los regalos antes de ponerlos en el modesto arbolito, armado desde principios de Diciembre en la entrada de la casa.  

 

El 23 por la noche, el hombre se decidió a empaquetar los regalos, más simbólicos que valiosos, para Nochebuena.  

Qué desagradable sorpresa fue encontrar en el estante del ropero, el tubo de cartón donde venía enrollado el papel metalizado, desnudo de los cinco metros del costosísimo papel de envoltura.

 

El dinero era bastante escaso en la familia y posiblemente por eso, el señor explotó de furia y mandó a llamar a su familia para ver quién había utilizado el papel que él compro para los regalos.  

 

La pequeña Priscila apareció con la cabeza gacha para decirle a su padre que ella lo había usado.

 

– ¿Pero no te das cuenta que ese papel es muy caro y que tu papá tuvo que trabajar varios días para comprarlo?; ¿Podrías decirme para qué tontería usaste el papel metalizado?

La niña salió corriendo y regresó con un paquete del tamaño de una caja de zapatos, envuelta con varias capas del costoso papel, ahora arrugado e inutilizable.

 

-¿No te dijo tu madre que no debes tocar las cosas de los mayores para tus juegos? 

¿Cómo se te ocurre envolver esa caja con cinco metros de papel dorado?

– Es un regalo de Navidad, papá- dijo Priscila- para el arbolito.

-¿Y se puede saber para quién es este regalo tan valioso como para usar todo el rollo de papel en envolverlo?

– ¿Y para quién va a ser? para ti, papá.

 

El hombre se enterneció y abrazándola le pidió disculpas por los gritos. Como nos sucede a todos, con el regalo en las manos quiso saber qué contenía y le pidió a la pequeña permiso para abrirlo.  

 

Poco después el hombre volvía a explotar:

-Cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro. ¿Usaste ese papel para envolver una caja vacía?

 

A la pequeña se le llenaron de lágrimas los ojos y dijo:

-Es que la caja no está vacía, papá, yo soplé adentro cincuenta y ocho besos para ti.

 

El padre alzó a la niña y le suplicó que perdonara su ceguera y su ignorancia. 

 

Dicen que el hombre guardó para siempre la caja debajo de su cama y que siempre que se sentía derrumbado, abría la caja y tomaba de ella un beso de su hija. Esto le ayudaba a recuperar la conciencia de lo que era importante y de lo que sólo eran tonterías.

-Jorge Bucay.

 

Bien.

La caja que has abierto, además de contener productos para acompañarte en tu desarrollo personal, (igual que la del cuento) contiene 365 abrazos nuestros. Uno para acompañarte cada día de este año que viene. 

 

Esperamos que la disfrutes y que tengas unas buenas fiestas. 

 

 

PD: ¡Ah!

Que no se nos olvide la segunda cosa… 

 

 

La bolita de navidad que te ha traído hasta aquí sirve para dos cosas: 

La primera: Para que la coloques en tu árbol de navidad y podamos estar contigo estas fiestas (y las siguientes, si quieres guardarla). 

La segunda: Para que escribas en su reverso un propósito para este año nuevo. 

 

Aquí te dejamos un ritual: 

  1. Cierra los ojos y respira profundo varias veces hasta relajar todo tu cuerpo. 
  2. Coloca tu mano encima de tu corazón. 
  3. Conecta con aquello que le pides al universo o a la vida este año. 
  4. Escríbelo detrás de la bola. 
  5. Coloca la bola en un lugar bonito de casa (el árbol,  el pomo de una puerta…Dónde quieras que quede a la vista). 
  6. Cuando terminen las fiestas guarda la bolita en tu mesita de noche o un lugar seguro en el que puedas tener presente aquello por lo quieres trabajar y conectar este año en tu camino. 
  7. Compártelo en redes y etiquétanos @movimientoawake. Nos hará una ilusión tremenda ver como estamos en tu casa. 

 

Te abrazamos. 

Namasté.